lunes, enero 24, 2005

Santiago Creel, el "Ceniciento"

El hombre de la personalidad multifacética, Santiago Cre-el Miranda, se convirtió ahora en el Ceniciento del gabinetazo foxista. Y es que los crímenes ocurridos en las cárceles de máxima inseguridad lo preocuparon tanto que hasta se le olvidó su campaña en busca de la candidatura presidencial panista.

Así que el secretario de (des)Gobernación juró y perjuró que no va a quedar un solo rincón de las cárceles federales sin limpiar ni escombrar. Con su escoba va a llegar hasta lo más profundo de la corrupción que hay en el sistema penitenciario y dice que ahora sí va hacer lo que dijo que iba hacer desde que asumió el cargo.

Ojalá que el Ceniciento siga con su actitud valentona y decidida más allá de enero. Porque generalmente, se avienta una declaración escandalosa, anda muy activo unos dos o tres días y luego ¡zas! Se acuerda que también anda en precampaña y vuelve a sus actividades proselitistas...

Mire usted que este personaje de la política mexicana está desatado. Atrás ya quedó aquélla actitud fresa de aplicarle la ley del hiel al Peje de Gobierno, o sus tibios ataques, casi como rasguños, a los críticos del presiChente, a la Cámara de Diputados.

Desde hace un par de semanas, el que se supone es responsable de la política interna del país –se supone, porque a decir del propio presiChente, su administración no tiene buenos operadores políticos--, anda, como le decía, incontrolable.

Primero, se aventó el tiro de exigirle a George W. Bush que cumpla su palabra comprometida en aquella reunión del rancho San Cristóbal, respecto a la aprobación de un acuerdo migratorio que evitara que los gringos fueran tan manchados con nuestros paisanos que se van a los Yunaites a trabajar. En aquella ocasión sí que sorprendió. Hasta la voz le salió gruesa, decidida. Y aunque nadie lo peló, pero, bueno, se atrevió. Y eso ya cuenta.

Ahora, el secretario de (des)Gobernación se dio una vueltecita por Acapulco, aprovechando un foro que no tenía mucho que ver con su chamba, pero le sirvió como escenario para hacer ruido. Ya regañado la noche anterior por su jefe, el presiChente, el chico Cre-el, declaró la guerra a la delincuencia... otra vez...
Así es. Otra vez el gobierno federal le declara la guerra a los criminales, a los narcos y a todos aquellos que insisten en burlarse de las autoridades y sus buenas intenciones.

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