Antonio Jiménez Gómez
Como resultado de las intensas lluvias que se han registrado durante los últimos días, sobre todo en el sur de Chilpancingo, ayer se registraron dos derrumbes, uno en una zona habitacional y otro sobre la carretera Chilpancingo-Mochitlán.
El primer derrumbe se registró en el fraccionamiento para trabajadores del magisterio que se construye en el cerro ubicado detrás del hotel Parador del Marqués, en la salida sur de la ciudad.
El desprendimiento de tierra y lodo fue de apenas un par de metros; sin embargo, causó expectativa entres los habitantes de la zona quienes demandaron a las autoridades de protección civil estatal y municipal que realicen una revisión del lugar.
Y es que quienes habitan en las zonas aledañas, y principalmente debajo del nuevo fraccionamiento, tienen el temor de que conforme avance la temporada de lluvias, se pueda registrar un derrumbe mayor que podría tapar casas que ya están habitadas.
El derrumbe se registró alrededor de las 18:00 horas, en la parte que se encuentra detrás de las llamadas casas rojas, que ubican la tercera línea de viviendas en la zona habitacional que se construye con recursos del plan de Previsión social del magisterio de Guerrero.
En el lugar del derrumbe personal de la empresa que construye las casas se presentó para realizar algunas reparaciones de emergencia que consistieron en colocar una lona sobre la zona afectada par que el agua no continuara penetrando y así el deslave no se agrandara.
El segundo derrumbe se registró en la carretera Chilpancingo Mochitlán, delante de Petaquillas; ahí, el desprendimiento de toneladas de rocas y tierra bloqueó un carril de esa vía, lo que afectó durante horas el tráfico vehicular.
Maquinaria pesada tuvo que arribar al lugar para remover el derrumbe y facilitar el tránsito de los vehículos, mientras que personal de la policía estatal puso un operativo de seguridad en la zona para evitar percances.
CONSTRUYEN SIN PERMISO
Cabe recordar que Protección Civil del estado en reiteradas ocasiones ha emitido dictámenes acerca de la necesidad de reforzar y estabilizar los taludes que sostienen las casas que integran ese fraccionamiento magisterial.
Asimismo, desde el año pasado se señaló que no se estaban empleando los materiales adecuados y se podría generar un deslave que afectara las viviendas y sus habitantes.
El supervisor general de la obra, Fernando Alvarez Zuñiga, aseguró que no fue él quien otorgó los permisos para la construcción de ese fraccionamiento cuando era funcionario del ayuntamiento capitalino.
“Yo negué este permiso cuando fui director de Desarrollo Urbano y Ecología del ayuntamiento, simplemente porque no se encontraba comprendido en el plano rector de desarrollo urbano de la ciudad”, indicó el ex funcionario en tiempos de Saúl Alarcón Abarca.
Y enfatizó: “fue mi sucesor, el viejito dormilón que se apellidaba Sixto el que dio la autorización, y para ese entonces yo era director de obras públicas”.
Alvarez Zúñiga justificó el deslave a la gran cantidad de agua que cayó durante la tarde de ayer, y aseguró que no representa ningún peligro para los pobladores o la estabilidad de las construcciones.
Quien fuera director de desarrollo urbano en la pasada administración municipal, anticipó que se empezará a trabajar en la colocación de anclas y concreto lanzado para garantizar la estabilidad la cien por ciento del talud.
“Hemos estabilizado como nos lo indicaron los especialistas, en esta parte donde se registró el deslave hay un muro de concreto con pilotes de cuatro metros de profundidad, el resto del cerro tiene malla triangular y se le sembró pasto como lo recomendaron los geólogos y el colegio de ingenieros”, dijo el supervisor.
Como resultado de las intensas lluvias que se han registrado durante los últimos días, sobre todo en el sur de Chilpancingo, ayer se registraron dos derrumbes, uno en una zona habitacional y otro sobre la carretera Chilpancingo-Mochitlán.
El primer derrumbe se registró en el fraccionamiento para trabajadores del magisterio que se construye en el cerro ubicado detrás del hotel Parador del Marqués, en la salida sur de la ciudad.
El desprendimiento de tierra y lodo fue de apenas un par de metros; sin embargo, causó expectativa entres los habitantes de la zona quienes demandaron a las autoridades de protección civil estatal y municipal que realicen una revisión del lugar.
Y es que quienes habitan en las zonas aledañas, y principalmente debajo del nuevo fraccionamiento, tienen el temor de que conforme avance la temporada de lluvias, se pueda registrar un derrumbe mayor que podría tapar casas que ya están habitadas.
El derrumbe se registró alrededor de las 18:00 horas, en la parte que se encuentra detrás de las llamadas casas rojas, que ubican la tercera línea de viviendas en la zona habitacional que se construye con recursos del plan de Previsión social del magisterio de Guerrero.
En el lugar del derrumbe personal de la empresa que construye las casas se presentó para realizar algunas reparaciones de emergencia que consistieron en colocar una lona sobre la zona afectada par que el agua no continuara penetrando y así el deslave no se agrandara.
El segundo derrumbe se registró en la carretera Chilpancingo Mochitlán, delante de Petaquillas; ahí, el desprendimiento de toneladas de rocas y tierra bloqueó un carril de esa vía, lo que afectó durante horas el tráfico vehicular.
Maquinaria pesada tuvo que arribar al lugar para remover el derrumbe y facilitar el tránsito de los vehículos, mientras que personal de la policía estatal puso un operativo de seguridad en la zona para evitar percances.
CONSTRUYEN SIN PERMISO
Cabe recordar que Protección Civil del estado en reiteradas ocasiones ha emitido dictámenes acerca de la necesidad de reforzar y estabilizar los taludes que sostienen las casas que integran ese fraccionamiento magisterial.
Asimismo, desde el año pasado se señaló que no se estaban empleando los materiales adecuados y se podría generar un deslave que afectara las viviendas y sus habitantes.
El supervisor general de la obra, Fernando Alvarez Zuñiga, aseguró que no fue él quien otorgó los permisos para la construcción de ese fraccionamiento cuando era funcionario del ayuntamiento capitalino.
“Yo negué este permiso cuando fui director de Desarrollo Urbano y Ecología del ayuntamiento, simplemente porque no se encontraba comprendido en el plano rector de desarrollo urbano de la ciudad”, indicó el ex funcionario en tiempos de Saúl Alarcón Abarca.
Y enfatizó: “fue mi sucesor, el viejito dormilón que se apellidaba Sixto el que dio la autorización, y para ese entonces yo era director de obras públicas”.
Alvarez Zúñiga justificó el deslave a la gran cantidad de agua que cayó durante la tarde de ayer, y aseguró que no representa ningún peligro para los pobladores o la estabilidad de las construcciones.
Quien fuera director de desarrollo urbano en la pasada administración municipal, anticipó que se empezará a trabajar en la colocación de anclas y concreto lanzado para garantizar la estabilidad la cien por ciento del talud.
“Hemos estabilizado como nos lo indicaron los especialistas, en esta parte donde se registró el deslave hay un muro de concreto con pilotes de cuatro metros de profundidad, el resto del cerro tiene malla triangular y se le sembró pasto como lo recomendaron los geólogos y el colegio de ingenieros”, dijo el supervisor.