martes, febrero 15, 2005

Los arrepentidos...

Siempre lo he dicho, la suposición es la madre de todos los fracasos. Los priístas supusieron que, como siempre, iban a ganar, y ¡zas! Miles de damnificados ya buscan la tablita con que pretenden sobrevivir después del tsunami amarillo, em medio de la frustración y el desánimo...

Pero los que de plano están jodidos jodidos, son los panistas. No sólo porque hay más votos anulados que a favor de quien fuera su candidata, no sólo porque está en riesgo su registro como partido político, sino porque después de tantos berrinches, caprichos e histerias, se dieron cuenta de que hubieran apoyado a Zeferino Torreblanca como se les propuso al inicio del proceso electoral...

El líder estatal del PAN, Cornelio García Villanueva, ya dio la cara y lo hizo precisamente para lamentarse por el hecho de que su partido le cerró las puertas a Zeferino Torreblanca como candidato panista a la Gubernatura... ¡Lástima, Maaargarito!... ¿Se imagina lo que siente el dirigente panista? Como dice el cronista futbolero: la tuvo y la dejó ir... Y ahora, ya no tiene ni en qué caerse muerto...

“Zeferino Torreblanca tocó las puertas del PAN, buscó ser nuestro candidato y se le dijo no, de manera que ahora está arribando a la gubernatura por otro partido, y eso nos lleva a reflexionar en que debemos abrir las puertas del PAN”... ¡Vaya, lástima que estos golpes de pecho ahora ya no le van a servir de nada!...

Tanto que les estuvieron rogando a los panistas que hicieran una alianza, que Zeferino fuera de ellos y no. anduvieron de sangrones hasta el último momento. Incluso, corrieron a todos aquellos que calificaron de infieles, lo que se reflejó en la pobre, muy pobre pesca de votos que obtuvo ese partido político el pasado 6 de febrero...

Así que mientras los panistas ya se lamentan y lloran por el error que cometieron, por ahí también algunos priístas ya empezaron a admitir que fue un error que la soberbia y el orgullo de sus dirigentes hayan influido para marginar y maltratar a Carlos Sánchez, quien jugó un papel muy importante en la victoria de la oposición en Guerrero... ¡Cosas de la vida!...

Otro inconforme...

El que ya se había tardado en vociferar por la derrota que sufrió el PRI en Guerrero, es el gobernador del Estado de México, Arturo Montiel. Este personaje, que se ubica como uno de los líderes del movimiento TUCOM (Todos unidos contra Madrazo), tronó una vez más en contra de su dirigente y reprochó a Roberto Madrazo la aplastante derrota sufrida por el tricolor en tierras sureñas...

Imagine usted la escena, para que vea hasta donde llega el lucimiento de algunos que están calientitos con la idea de ser candidatos presidenciales. Montiel Rojas estaba en una de esas comilonas multitudinarias que se siguen acostumbrando en tierras mexiquenses...

Más de mil 200 personas convocadas por el grupo de gobernadores de la llamada Unidad Democrática, suspendieron el movimiento de los cubiertos para atender las palabras del anfitrión, quien aprovechó para lanzarse duro en contra del dirigente nacional del tricolor...

"En política sólo hay algo peor que el engaño y es el autoengaño", y eso conduce más que a derrotas, a autoderrotas... Mmmm... ¿Qué querrá decir? Que el fracaso priísta en Guerrero fue planeado? ¿Que los dirigentes priístas viven en un mundo de autocomplacencia que les impide ver la realidad que enfrenta su partido?... ¡Ah! Nos sorprende Arturo...

Como es costumbre priísta, no se refirió por su nombre al destinatario del mensaje. Simplemente refirió que "algunos piensan que el PRI se encuentra en pleno estado de recuperación y quieren presentar esos supuestos resultados como producto de una buena gestión partidista".... ¿O sea que eso no es cierto o cómo?...

Pues para el mandatario mexiquense, el discurso de la recuperación del PRI es una falacia... "Nada más alejado de la realidad. Hoy se presentan fenómenos electorales nunca vistos en el pasado"... En estados donde el PRI era la primera fuerza como Oaxaca o Veracruz, "hoy ganamos en los tribunales, con diferencias tan estrechas como inéditas, y en otros hemos pasado a ser la segunda fuerza electoral como ocurrió con la histórica derrota de Guerrero"... ¡Oohh!...

Y mire usted que Montiel andaba muy lucidito, aprovechando que entre los comensales se encontraban personalidades de la talla de Carmen Salinas, Juan Osorio, Jorge Muñiz, Fabián Lavalle, Isabel Maddow, Jorge Salinas, Alberto Vázquez y Dulce.... Mmmm... Entonces, ¿se insiste en la intención de hacer de la política un espectáculo o una triste telenovela de encuentros y desencuentros?
Bueno, como le comentaba ayer, ahora que la perra salió cargada, ya nadie la quiere; pero al rato que tenga cachorritos, todos van a pedir uno... Así son estos políticos ante el fracaso de otros...

La nueva realidad de los partidos politicos en México

La brutal derrota electoral que sufrió el Partido Revolucionario Institucional en Guerrero el pasado 6 de febrero, lo enfrentaron a la realidad que tantas veces dijo superar, que tantas veces pretendió negar y que nunca pudo solucionar.

Mientras en otras latitudes, el Revolucionario Institucional está recuperando espacios y revirtiendo la tendencia electoral negativa que llegó a su clímax con la pérdida de la Presidencia de la República en 2005, en Guerrero, un estado considerado tradicionalmente como bastión tricolor, la situación fue totalmente adversa.

El burocratismo interno, los caciquismos locales, el reciclaje de políticos de la vieja guardia que se niegan a cumplir el relevo generacional de todo clan, la soberbia de los dirigentes que se rehúsan a aceptar que vivimos en una sociedad más competitiva y exigente, son tan sólo algunos de los factores en que se sustenta la derrota a decir de los propios priístas.

Ante esa situación, el clamor generalizado es, una vez más, reestructurar al PRI. Desde el candidato perdedor, pasando por los dirigentes de los sectores, funcionarios de alto nivel de la administración pública estatal, hasta los llamados “cuadros”, exigen al unísono una reforma interna del partido que le permita resucitar.

Una vez más, los priístas se ponen a frotar bolas mágicas, a realizar estimaciones y configurar escenarios de lo que necesita el partido para cambiar. Seguramente, en breve iniciará un proceso de consulta a las bases –como siempre ocurre--, en el que le preguntarán a la gente cómo debe ser el PRI, cómo crear un nuevo PRI.

Habrá muchos discursos, promesas y compromisos de que ahora sí van a cambiar las cosas en el tricolor. El mismo discurso reciclado y refriteado de los últimos 15 años. Y después de eso, nada, la emoción inicial volverá a caer en la inercia burocrática, en la exigencia de espacios y cuotas de poder de los grupos tradicionales creados en los años de la contundencia priísta, que terminarán desacelerando el proceso evolutivo que tanto dicen que se requiere.

En ese sentido, convendría preguntarse:¿Hasta dónde están dispuestos los actuales mandos priístas de permitir que sangre joven inyecte nueva vida al partido, al tiempo que ellos dejan los espacios que durante años han ocupado y usufructuado? ¿de qué sirve la operación cicatriz si te han amputado una pierna o si no se evita la hemorragia interna?

Uno de los principales problemas del priísmo guerrerense es que ha descuidado la creación de jóvenes dirigentes, la caza de talentos, de líderes regionales, de figuras carismáticas que puedan despertar la pasión de las masas y encausar sus aspiraciones, para así incorporarlas a una manera más moderna y eficiente del trabajo partidista.

Pero no. Si usted compara el modo de trabajar del PRI actual al de hace cinco años, al de hace diez o veinte, encontrará muy pocas diferencias de fondo. Tal vez los sectores se hayan reorganizado, hayan cambiado de nombre una, dos o tres veces. Sin embargo, la estructura corporativista lineal que se mantiene como esqueleto de ese instituto político le impide renovarse.

Toda institución social debe tener procesos homeostáticos que le permitan adaptarse a las condiciones de su entorno, manteniendo su equilibrio interno y garantizando el cumplimiento de la función que motiva su existencia. En ese sentido, el resultado de la elección a gobernador pone en tela de duda la efectividad de ese proceso en el caso del PRI Guerrero.

Por ello, surge el cuestionamiento sobre hasta dónde llegará el compromiso de los jefes de las familias priístas de reestructurarse, de tomar decisiones que afectarán cotos de poder, pero que se perfilan como indispensables para recuperar la confianza de una ciudadanía harta de “pan con lo mismo”.

Surge también la duda de cómo se manejará el PRI ahora que a partir del primero de abril quede oficialmente “huérfano”, en esa nueva etapa en la que no tendrá el liderazgo del gobernador –con todo lo que ello implica-- y que, de algún modo, tendrá que arreglárselas solo para solucionar sus problemas.

En fin, será interesante analizar los modos y formas en que el priísmo guerrerense tratará de reestructurarse a sí mismo, con el fin de lograr que la derrota del 6 de febrero no se repita en las próximas elecciones locales de octubre. Ese será el primer filtro para evaluar la verdadera intención de reformar a ese partido político.

Posteriormente, la carrera presidencial marcará su desarrollo y, después del 2006, ese instituto político podrá ocuparse nuevamente en la reconfiguración de sus elementos y relaciones internas con el propósito de luchar por recuperar la gubernatura en el 2011. Finalmente, lo peor que le puede pasar al PRI es seguir siendo igual.

Sólo los mejores en el gabinete de ZTG: Godoy

Sobre lo que tendrá que ocurrir a partir del primero de abril, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Leonel Godoy Rangel, opino que el gabinete que integre Zeferino Torreblanca Galindo, deberá estar formada por gente plural e incluso contemplo la posibilidad de que se asimilen talentos, provenientes de los partidos PRI y PAN, Leonel Godoy fue enfático en afirmar que si desean participar, hay que abrir espacios a ciudadanos sin partidos e insistió en que deben estar los mejores hombres y mujeres, para que saquen del retrazo histórico en que se encuentra nuestro estado de Guerrero.