miércoles, enero 26, 2005

Lucha contra el crimen y por el estrellato mediático

Cuando reventó el pleito de los penales de máxima inseguridad, el gobierno federal se le ocurrió nombrar al ex priísta Miguel Angel Yunes, para que tuviera que dar la cara y tratar de explicarle a la gente cómo fue que los narcotraficantes realizaron más trabajo preventivo que las autoridades, para crear nuevos nidos de poder.

Así que Yunes se puso a trabajar para que hacer rendir el huesito que le habían dado. Y ahí andaba, organizando operativos y revisándole las bolsas a los reclusos, cuando se le adelantó el primer Ceniciento del país, Santiago Cre-el... Con un par de declaraciones, el secretario de (des)Gobernación le robó cámara y gacho no sólo al secretario de Seguridad Pública federal, sino también al bombero Yunes...

Y como no se podía quedar atrás, luego de que el Ceniciento Cre-el dijo que ya había terminado de limpiar todas las celdas de las cárceles federales, ahora Yunes hizo su propio escándalo responsabilizando a las autoridades penitenciaras de de propiciar las ejecuciones de seis custodios del Cefereso de Matamoros...

¿Por qué fueron los culpables? No crea usted que se dejaron corromper, ni que hacían caso de un gobierno interno. El problema fue que estas autoridades penitenciarias permitieron que en las tiendas de su changarro se incrementaran más de 15 veces los límites para la adquisición de los mismos...

Sinceramente, no entendimos muy bien en qué consiste eso de los límites de adquisición de los productos... ¿Acaso quisieron especular como cualquier comerciante de barrio y eso afectó el negocio de otros? ¡Noo!

A lo que se refería Yunes es que en lugar de vender 20 artículos, surtieron bien la tiendita y elevaron su oferta a 172. Ello implicó la entrada de ropa y otros atuendos que provocó la “diferenciación” de la indumentaria... ¡Ah! ¿Le caí, señor subsecretario, que ese libre comercio es suficiente razón para que maten a seis personas?...

Pero ahí no acabó la declaración de Yunes, muy al estilo de su madrina política, Elba Esther Gordillo... Adicionalmente –conste que es adicional al problema central que es la tiendita--, los líderes de las bandas se coordinaron para fortalecer esquemas de control interno y planear operaciones que consideraban su fuga de dicho penal... ¡Orale!
Y ya encarrerado, el señor subsecretario descubrió el hilo negro: las bandas seguían operando desde el interior de la cárcel, planeaban actividades delictivas y ordenaban su realización a través de las redes que habían integrado con seudo abogados, familiares, organismos de derechos humanos y personal del propio centro que estaba a su servicio... ¡No me diga! ¡Qué sorpresa! ¿Y?

Yunes informó también que se le ocurrió hacerles exámenes de control de confianza a los 147 guardias del cereso de La Palma. Y reprobó a 105 custodios de ellos. La pregunta es: si no eran de fiar, ¿cómo fue que ingresaron ahí?...

También, después de sus sesudas investigaciones, Yunes se dio cuenta de que durante los últimos tres años, los responsables del manejo del penal de La Palma permitieron el relajamiento de la seguridad, posibilitando la entrada de drogas, artículos prohibidos y teléfonos celulares, e incluso, la posibilidad de que lo atacaran...

¿Y tuvieron que pasar tres años para que se dieran cuenta? ¿No se supone que era el Centro de readaptación social más vigilado del país, con los mejores elementos, la gente más confiable y todas esas cosas bonitas que dicen los discursos? Tres años y nadie hizo nada... ¡Qué padre! A ver cuándo les volvemos a creer...

en fin. Esta guerra del gobierno en contra de los narcotraficantes ya se está realizando en los medios de comunicación. Ahora, los funcionarios foxistas están echando carreritas para ver quién dice la frase más amenazante, quien revela el dato más ilustrador de la incompetencia de quienes se ocupan del sistema penitenciario nacional... En fin, el chiste es brillar más que los capos... ¿Y así pretenden resolver el problema?

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