Uno de los mejores negocios que alguien puede hacer es el de bienes raíces. Comprar un terreno para después de un tiempo, vendérselo a otra persona a un precio mucho mayor. Sin embargo, hay quienes por las burradas que comete el gobierno, se aprovechan y logran hacerse ricos de la noche a la mañana...
Los mejores ejemplos son los clientes de Diego Fernández de Cevallos, quien cuando se quita el uniforme de senador de la República, se dedica a fungir como abogado defensor de las causas perdidas que representan jugosas indemnizaciones por parte del gobierno.
Así que cuando no le gana un juicio a la Secretaría de Hacienda, le gana otro a la de Reforma Agraria, que es el caso que nos ocupa. El chiste es que no deja ir botín que no sea menor a los mil millones de pesos; si se toma en cuenta que de cada caso, se apropie de un 20 por ciento, ya se imaginará usted porqué es más lucrativo jugar con la ley que hacerlas...
El pleito al que me refiero es el que enfrenta a la familia de nombre Ramos Millán con el changarro de Florencio Salazar Adame, la Reforma Agraria. Esa familia poseía un predio que les fue expropiado en 1984. A partir de ello, iniciaron un pleito legal para que el gobierno los indemnizara... Hasta ahí todo bien...
El caso subió de nivel hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia, puesto que cada vez que había una sentencia una de las partes apelaba. El problema fue que un juez dictó un amparo a favor de la familia, y ordenó a la Reforma Agraria pagar mil 214 millones de pesos de indemnización.
Ante tal situación, al changarro de Lencho Salazar no le quedó otra que empezar a pagar en abonos chiquitos, de a 30 milloncitos cada uno, para acabar con su deuda... En eso por lo menos ya llevan dos... El problema fue que aparecieron más presuntos propietarios del predio en cuestión –que se ubica en el Distrito Federal--, así que el pleito siguió, y que no aceptaban las cómodas anualidades... Querían su dinero de un solo trancazo...
Y se puso más antiestético –es decir feo—porque se hizo un avalúo según el cual el predio del problema sólo valdría 199 millones de pesos. Una notable diferencia en cuanto al monto inicial... Así que la pelea legal siguió, el “Jefe” Ciego también continúo su batalla legal... Y cuando se esperaba que la Corte anunciaría una sentencia a favor del gobierno federal... ¡Zas!
Unas horas antes de que el pleno de la Suprema Corte de resolviera el caso, los herederos de Gabriel Ramos Millán presentaron un documento en el que notifican a los ministros que aceptan que se les pague en abonos chiquitos los mil 240 millones de pesos... Y como esa era la oferta de la Reforma Agraria... ¡cuas! Ya hay arreglo y se acabó el caso... obviamente en perjuicio del gobierno federal...
¡Qué cosas! ¿no? Lo que es saber cómo jugar con las leyes y en qué momento salirse del juego. Y eso sólo lo pudo hacer un personaje que sabe combinar su trabajo de senador –el que hace leyes—con el de abogado –el que aplica las leyes... A pesar de que muchos están en contra de ese doble perfil... Como epílogo le cuento que la decisión de la Corte sobre el caso se aplazó...
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