Un total de 21 aspirantes participan a la carrera para
ser Fiscal General del Estado.
El gran ausente de esta contienda es el ex
director de la Policía Investigadora Ministerial, Erit Montúfar Mendoza, quien
se perfilaba como el candidato natural y necesario, sobre todo por la
complejidad de los retos que enfrenta la institución responsable de la
procuración de justicia en Guerrero.
De los que sí le entraron, ahí le va la lista:
Blanca María del Rocío Estrada Ortega, Francisco Torres Valdez, Xavier Olea
Peláez, José Luis Gallegos Peralta, Raymundo Pérez Medrano, Irving Barrios
Mojica, María Guadalupe Rendón Ramírez, José Fernando Monreal Leyva, Héctor
Salvador Calleja Paniagua, Uriel Eleuterio Fernández Peláez, Antonio Sebastián
Ortuño, José Balbuena Herrera, Lucas Moisén Catarino, Ramíro Damián García
Lozano, Jesús Zamora Muñoz, Jesús Alemán del Carmen, Milton Omar Cruz Calvo,
Juventino Rodríguez Martínez, Rogelio Parra Silva, Jorge Alberto Moctezuma
Pineda y Ricardo Terrones Pérez.
Los que sí saben
Entre los de la lista que le cuento están algunos que tienen
demandada a la Fiscalía por broncas añejas, otros han sido señalados por
conductas no muy agradables –entre los que han estado al interior de la
institución se conocen muy bien--, y hay algunos perfiles que conviene
considerar con más detenimiento.
Tal es el caso de Antonio Sebastián Ortuño, quien ha
dedicado su vida a la procuración de justicia y cuenta con la experiencia y
carácter para aguantar una de las instituciones más complejas de la entidad.
También está en la lista José Balbuena Herrera, quien ha
desempeñado diversos cargos dentro de la misma Fiscalía, ha sido abogado
litigante y buen negociador en las responsabilidades públicas que le han
correspondido.
Hay también quienes se inscribieron para ver que sacan, o
bien, quienes una vez más le tiran al cargo con la confianza de ser agraciados
por las y los diputados locales.
Lo cierto es que es la primera vez que se inscriben tantos
aspirantes para ocupar el cargo de responsable de la procuración de justicia en
uno de los estados más violentos y complicados del país como es Guerrero.
Sin la sombra de Erit Montúfar, pareciera que no hay nada
para nadie. Que habría que esperar a la línea o entrar al análisis de los
perfiles.
Sólo hay que considerar dos o tres ideas.
La primera es que quien sea electo Fiscal de Guerrero debe
realmente vivir en la entidad, para que sepa lo que le duele y no ande
inventando problemas; debe también haber laborado en la propia institución para
que no llegue a inventar el agua hirviendo o el hilo negro. Ya se han tenido
muy desagradables experiencias por elegir a fiscales que vienen de México a
llevarse lo que puedan y a no hacer nada, al fin ni de aquí son; o bien, que al
desconocer cómo funciona la Fiscalía inventan cosas que ni al caso, y al final
nada pasa.
Queda una semana al Congreso local para que elija al
heredero del actual fiscal. Habrá que esperar a ver cómo se construyen los
consensos.
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