Héctor Astudillo admitió que la votación le fue desfavorable –ojo, no aceptó la victoria de Zeferino Torreblanca... hasta ahí llegó su orgullo priísta--; también aceptó que era necesario reestructurar al PRI para dejar atrás los vicios que lo hicieron perder... Ahogado el niño, a tapar el pozo, diría el dicho popular...
Ya con línea, algunos de los dirigentes priístas se desataron en busca de la venganza. Ya no buscan quién se las hizo, sino quien se las pague. Y con esa sed de sangre, algunos se fueron directo en contra de los que consideraron los peores traidores... Uno de los que le puso los puntos a las ies y no se quedó con las ganas fue el dirigente campesino Moisés Carvajal Millán, quien acusó a todos los alcaldes priístas de ser unos inútiles porque sólo se dedicaron a enriquecerse y no a trabajar para que la gente votara por el PRI... Haciendo honor a su origen, el calentano retó a cualquier alcalde que no esté de acuerdo con su acusación, a que se lo sostenga de frente y él, en su propia cara, le va a demostrar al alcalde que es un inútil... ¡Uf! ¿Alguien quiere hacer apuestas?... No conforme con lo anterior, Moisés Carvajal también acusó a varios de los secretarios del Revolucionario Ins estatal de ser unos flojos e irresponsables, ya que de quince sólo trabajaron tres o cuatro... A ellos, reflexionó, también se les debe mandar a descansar... Bueno, es parte de la frustración y sentimiento de derrota que dejó el seis de febrero para los chicos y chicas del PRI... |
miércoles, febrero 09, 2005
Los culpables.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario