domingo, febrero 06, 2005

Jornada Electoral en Guerrero

¿Y usted ya votó?

Antonio JIMÉNEZ GÓMEZ.

Ocurrió en alguna comunidad de la sierra de Guerrero. Un hombre de avanzada edad, con su inconfundible pinta de campesino, llegaba a la casilla con la firme intención de emitir su voto. Muy responsable él, entregó su credencial de elector a los funcionarios electorales que ahí se encontraba, para que le entregaran a su vez la papeleta que le permitieran concretar su sufragio.

Sorpresivamente, el que hacía las funciones de presidente de casilla, le entregó un papel doblado y con un movimiento brusco, señaló hacia el lugar donde se encontraba la urna, espetando al anciano: “Meta allá su voto”.

El hombre asintió confundido. Su mano temblorosa tomó la papeleta y en un movimiento hasta cierto punto inocente, intentó desdoblarla. Ante esa acción, el funcionario electoral brincó y a gritos cuestionó al anciano: “¡¿Qué haces, pen...?!”

El anciano, intimidado por la reacción inesperada de su interlocutor y cobijado en su propia ignorancia, afirmó: “Pues voy a ver por quién voy a votar”... La respuesta no se hizo esperar. El funcionario de casilla confrontó al votante y dijo: “¡Pero si serán muy pen... ¿Qué no sabes que el voto es secreto? Mete tu voto a la urna y vete a la...”.

Esta anécdota fue la primera referencia que tuve de una jornada electoral en Guerrero. Y casualmente, formaba parte de una lección sobre política mexicana del Siglo XX en la universidad, como ejemplo de cómo se “ganaban” las elecciones en los tiempos del México corporativista.

Sin embargo, ahora la situación ha cambiado. Aún cuando a algunos que se alocan de tanto asolearse no están conformes, Guerrero cuenta con un Consejo Estatal Electoral autónomo y ciudadanizado, así como de un tribunal y una fiscalía especializadas en la materia para organizar y dirimir conflictos en torno al proceso de selección de las autoridades.

Se han creado los mecanismos de operación y vigilancia para garantizar la transparencia y legalidad de los comicios, de tal forma que ahora muchas victorias se tienen que lograr en los tribunales y ya no en las urnas, debido a lo cerrado de los resultados y la posibilidad que garantiza la ley de presentar denuncias y darles seguimiento en torno a la presunta comisión de delitos electorales.

Un aspecto muy importante que no se puede soslayar es que el Ejército ya no patrulla las calles. Ya no es necesario que en los domingos de elecciones, tanquetas circulen por las avenidas y los sitios públicos, previendo un escenario de violencia derivada de la inconformidad generada por acciones que alteren la legalidad de los comicios.

Los grupos guerrilleros han limitado su aparición en temporadas electorales a simples y escuetos comunicados de prensa donde repiten la misma historia de siempre. Asimismo, el fantasma de la violencia se ha vuelto endeble en un estado que se caracterizaba porque la batalla por algún cargo público se convertía en una guerra que sólo dejaba muerte, odio y marginación.

Incluso, los mecanismos mediante los cuales los equipos de campaña y los partidos políticos intentaban inducir el voto –acción en la que incurren todos por igual, en su lucha de conquistar la mente del ciudadano—se han modificado, se han hecho más refinados y operan en un nivel diferente de acción, debido a que la misma legislación y actuación de los órganos electorales permite mantener una vigilancia permanente el día de las urnas.

Es decir, las condiciones en las que Guerrero arriba a la elección de quien será el titular del Poder Ejecutivo para el periodo 2005-2011 son totalmente diferentes a las que ocurrían hace 20 años. Muchos son los elementos que permiten Por ello, sería positivo que en la jornada del 6 de febrero se superara el margen de casi 839 mil sufragios emitidos durante la última elección de gobernador.

Aún cuando se ha especulado acerca de la existencia de planes perversos –que no dudamos que existan, siendo honestos—de los dos principales partidos políticos que se disputan la gubernatura, aún cuando hay zonas “sensibles” en las que los ánimos y las coyunturas son tan específicas que podrían suscitarse situaciones complejas.

Sin embargo, se ha invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo para llegar a este 6 de febrero. Millones de pesos se destinaron para que los candidatos y los partidos difundieran sus propuestas, para organizar un proceso de forma tal que no hubiera lugar a dudas sobre la transparencia, legalidad y certidumbre de los resultados.

Bien o mal, los candidatos recorrieron el estado, tratando de encontrarse con el mayor número de gente para convencerla de que son lo máximo que puede pasarle a Guerrero. Y aún cuando algunas propuestas son cuestionables y... mantienen la tradición de prometer las perlas de la virgen mientras se está en campaña, lo cierto es que cada uno de los dos chiquillos y una chiquilla hicieron su esfuerzo.

Después de todo lo anterior, lo único que queda es que usted, amigo lector, estimada lectora, se decida a ir a la casilla que le corresponde y emitir su voto. A estas altura de la vida ya no es sólo un derecho, es una obligación. Con su sufragio usted puede hacer que todo el espectáculo que hemos vivido durante más de año y medio –tomando en cuenta precampañas y campañas—haya servido de algo.

De lo contrario, si usted no quiere ir a votar, al rato no se ande quejando del gobierno que le tocó. O bien, continuará formando parte del cúmulo de gente conformista que no se ha dado cuenta de que en la actualidad cada voto cuenta y hace la diferencia entre lo que es y puede ser el desarrollo de Guerrero.

No quisiera parecer político ni mucho menos, pero es necesario que entendamos que nuestro voto cuenta, que es necesario que lo emitamos. Independientemente de por quién lo haga, hágalo. Guerrero lo necesita.

Correo electrónico: agenciainfogro@yahoo.com.mx

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