miércoles, enero 05, 2005

El colmo de las cárceles

Las autoridades federales de seguridad pública están a punto del infarto porque las que se supone eran sus joyas en materia penitenciaria resultaron ser más chafas que mercancía china. Pero mientras esto ocurre, los reos se siguen fugando de las cárceles y vea usted de qué forma.
Los internos del penal de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, fabricaron un armario como parte de eso que llaman proceso de readaptación social. Y mire usted que en esta ocasión tuvieron tanto éxito, que ese mueble fue aprovechado por uno de sus compañeros precisamente para reintegrarse a la sociedad... ¿Cómo lo logró? Escapó en su interior...
El protagonista de esta historia es Enrique González Espino, mejor conocido en el bajo mundo del hampa como El Mascafierro. Esta persona purgaba una condena por ser responsable del delito de robo. Pero esa no fue suficiente razón para mantenerlo “guardadito”. Así que “convenció” a un cómplice para lograr tan tremenda aventura.
Pero eso no es lo más “curioso” de la historia. Resulta que fue la propia abogada del preso, Rocío Guadalupe Nevárez Arana, la que compró y sacó de reclusorio el armario, para llevárselo a su casa. ¡Caray! Carlos Ahumada y René Bejarano, entre muchos otros, quisieran una abogada tan “efectiva” como esa...

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