La pobreza en Acapulco.
Antonio JIMÉNEZ GÓMEZ.
En México existen 25 ciudades turísticas. Esos centros urbanos dedicados a la actividad turística se han convertido muchas veces en la principal fuente de manutención de municipios y estados. Sin embargo, más allá del espejismo de prosperidad y bonanza, también reproducen los índices de pobreza que afectan al resto del país.
Acapulco es, por ejemplo, la principal fuente de ingresos para Guerrero. Es la gallina de los huevos de oro. Por ello, durante la actual administración se enfocaron las baterías para resucitarlo y convertirlo ahora en el principal destino turístico del país en materia de captación de inversión privada, según lo reconoció recientemente la propia Secretaría de Turismo federal.
Pero en Acapulco las playas, los hoteles de cinco estrellas, los megadesarrollos inmobiliarios que parecieran recrear pequeñas ciudades de fantasía, coronadas por la belleza natural de ese sitio del Pacífico, no lo son todo. En sus alrededores, más allá del anárquico cinturón urbano que rodea a la zona turística, persisten zonas donde la pobreza y la marginación harían palidecer a esos candidatos a la gubernatura que aseguran que la solución a los problemas de la entidad es muy fácil.
Dentro del porcentaje de hogares pobres en las regiones de 50 mil habitantes o más, según la Secretaría de Desarrollo Social federal, Acapulco se ubica en el segundo lugar a nivel nacional con el 48 por ciento, mientras que Taxco está en la tercera posición con el 40 por ciento; estos destinos turísticos sólo son rebasados por San Cristóbal de las Casas, con el 55 por ciento de viviendas en esa situación.
Los principales conflictos que presentan esos hogares son, al igual que en el resto del país, viviendas de materiales precarios, falta de infraestructura, drenaje y electricidad. Se trata de zonas donde el progreso es una promesa que nunca llega, donde la marginación se come en condiciones de insalubridad, donde el calor justifica la desnudez que provoca la pobreza.
De acuerdo con el subsecretario de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio de la Sedesol federal, Rodolfo Huirán, la dinámica de crecimiento de los centros turísticos atrae flujos migratorios no sólo de municipios aledaños, sino de otras regiones y estados; y ello deriva en la imposibilidad de satisfacer las necesidades de comunicación, educación, salud y empleo de esa población. Es decir, la pobreza se convierte en el ropaje de los destinos turísticos..
Es así como el contraste de riqueza-pobreza que se dan en Acapulco y Taxco constituye uno de los principales temas de la agenda social, que si bien es atendida por los diferentes niveles de gobierno, no se percibe que pueda darse un cambio sustancial en el corto plazo.
La pobreza es la herencia de muchas décadas de olvido en que se ha mantenido Guerrero. También es resultado de la disparidad en que se fundamentaba el gasto gubernamental, destinando la mayor parte de los recursos a los lugares donde más se notaba la obra de gobierno y dejando en segundo y tercer lugar las periferias, dejando que los pobres continuarán siéndolo.
miércoles, diciembre 29, 2004
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